Cuando las mujeres se apoyan entre ellas, cosas increíbles pasan.
Seguramente que cuando has estado investigando y trabajando sobre tu propósito, Tu Ikigai, el verbo ayudar ha salido más de una vez. Y es que tiene mucha importancia para todas aquellas que estamos y que queremos estar al servicio de los demás, poder ayudar a otras personas a conseguir sus objetivos, poder facilitarles algún aspecto de su día a día con el que no se encuentren cómodas, disfrutar con sus logros.
En mi caso siempre me había pasado así. Sabía que mi propósito en la vida era algo más profundo que ver una determinada imagen en un espejo o armar looks de moda. Pero cuando comencé a trabajar con mis primeras clientas, en ocasiones no tenía el feedback que realmente necesitaba o esperaba de ellas, y claro, los pensamientos derrotistas me venían a la cabeza. No sabía qué podía estar pasando, ya que estas clientas acudían a mí para que les ayudara con su imagen, querían verse favorecidas, querían brillar y yo les podía ayudar, ¡parecía una relación perfecta! ¿Qué podía estar fallando?
Hasta que después de mucho investigar, practicar y principalmente después de comenzar mi propio camino de autodescubrimiento, encontré la clave.